¿Dónde naciste?
En Córdoba, Capital.
¿Dónde realizaste tus estudios?
Universidad Nacional de Rosario.
¿Por qué decidiste estudiar medicina?
Mi papá es médico gineco-obstetra, la mayor parte de mi infancia y adolescencia la viví en la ciudad de Villa Ocampo al norte de Santa Fe, creo que él fue quien más influyó en la orientación de mi vocación. Siempre que tenía la oportunidad lo acompañaba a su lugar de trabajo y disfrutaba mucho de hacerlo, eso me ayudo bastante a decidirme por estudiar medicina.
¿Porque decidiste inclinarte por la anestesiología?
Cuando estudiaba medicina siempre que tenía la posibilidad de entrar a un quirófano lo hacía, ya sea con mi papá o en algún hospital de rotación y de a poquito me iba distrayendo de lo que hacían los cirujanos y me empezaba a llamar la atención lo que hacía el anestesiólogo. El cuidado del paciente, el alerta, la decisión en momentos cruciales. Esas fueron las cosas que hicieron decidirme cuando tuve que hacerlo al finalizar la Universidad.
¿Dónde desempeñas tu trabajo actualmente?
En Neuquén, Hospital Castro Rendón.
¿Cómo es la situación actual en el hospital frente a la situación sanitaria que estamos atravesando?
Difícil, esto es algo nuevo, nunca tuvimos que enfrentarnos a una situación semejante. Por supuesto que tenemos miedos propios a la situación que estamos atravesando. La falta de experiencia nos toma por sorpresa y tratamos de asesorarnos y cumplir las normas como las dictan. Si bien tenemos personal para afrontar las demandas del hospital, muchos han vuelto de viajes o mantenido contacto con gente que ha viajado al exterior, por lo cual no están disponibles para trabajar en este momento. Hasta ahora hemos reordenado horarios para limitar la exposición que tendremos cada uno, pero esto recién empieza.
¿Cómo se prepara un anestesiólogo frente a una pandemia de tal magnitud?
Estudiando, escuchando las experiencias y recomendaciones de los demás colegas, tratando de estar informado y capacitándose sobre todo con las experiencias que han tenido otros países en esta situación.
Tratando de seguir los protocolos tal cual están diagramados y esperando lo mejor, aunque sabemos que estamos corriendo desde atrás. Nos apoyamos mucho entre nosotros y nos exigimos para hacer las cosas lo mejor posible
¿Cuál es la recomendación para el resto de tus colegas frente a esta situación?
Es una pregunta muy difícil, creo que todos estamos aprendiendo sobre la marcha, muy alertas de que podemos lidiar con estos casos en quirófano en cualquier momento, pero para poder recomendar o aconsejar debería tener más experiencia que los demás y no la tengo. Si estoy pendiente de cómo vamos a protegernos con este tipo de pacientes. Me enteré de que ANAAR está por distribuir unos kits de protección para los anestesiólogos y me parece una buena idea y muy útil. En el hospital estamos constantemente detrás de los insumos de protección para afrontar la situación.
Desde el punto de vista familiar, ¿cómo se sobrelleva una situación como la que estamos viviendo?
Ir a trabajar todos los días y pensar que al volver a casa podes contagiar a alguien de tu familia sin ni siquiera saberlo es duro. Trato de seguir al pie de la letra los protocolos de lavado de manos, con la ropa, etc. Pero aun así en cualquier momento se me puede pasar algo y esta enfermedad no perdona. Cuando salgo a trabajar los chicos me preguntan porque puedo salir y ellos no. Hay que explicarles y tenerles mucha paciencia porque ellos también están viviendo una situación muy particular. Mi marido también es anestesiólogo y debe cumplir tareas esenciales. El cuidado de los chicos se complica bastante porque hay que organizarse para que uno quede al cuidado de ellos. Cada uno en su casa está viviendo una situación difícil pensando en la familia por sobre todas las cosas. Si estamos unidos y cumplimos las normas que se nos aconsejan seguro nos va a ir un poco mejor.
¿Cuál cree que puede ser el aporte de un anestesiólogo para con la comunidad?
Los anestesiólogos tendremos que cumplir un rol central, no solo en las cirugías que nos toque presenciar sino también en la reanimación, en el cuidado de pacientes ventilados, ayudando a nuestros colegas intensivistas y seguramente también a disposición de la comunidad como médicos ya que a esta guerra la ganamos entre todos.